2010年8月2日星期一

El jaguar

El jaguar, yaguar o yaguareté (Panthera onca) es un carnívoro felino del género Panthera y la única de las cuatro especies actuales de este género que se encuentra en América. También es el mayor felino de América y el tercero del mundo, después del tigre (Panthera tigris) y el león (Panthera leo). Su distribución actual se extiende desde el norte de México y gran parte de Centroamérica hasta el Perú, Paraguay y el norte de Argentina. Exceptuando algunas poblaciones en Arizona (suroeste de Tucson), esta especie ya ha sido prácticamente extirpada de los Estados Unidos desde principios de la década de 1900.[b]

Se encuentra emparentado y se asemeja mucho en apariencia física al leopardo (Panthera pardus), pero generalmente es de mayor tamaño, cuenta con una constitución más robusta y su comportamiento y hábitat son más acordes a los del tigre (Panthera tigris). Si bien prefiere las selvas densas y húmedas, puede acomodarse a una gran variedad de terrenos boscosos o abiertos. Está estrechamente asociado a la presencia de agua y destaca, junto con el tigre, por ser un felino al que le gusta nadar. Es fundamentalmente solitario y un cazador que tiende emboscadas y oportunista a la hora de elegir las presas. También es un superdepredador y una especie clave que desempeña un importante papel en la estabilización de los ecosistemas en los que habita, regulando las poblaciones de las especies que depreda. El jaguar tiene una mordedura excepcionalmente potente, incluso en comparación con otros grandes felinos,[3] lo que le permite perforar los caparazones de reptiles acorazados como las tortugas y utilizar un método poco habitual para matar: ataca directamente la cabeza de la presa entre las orejas para proferir un mordisco fatal que atraviesa el cráneo con sus colmillos alcanzando al cerebro.[4] [5]
El jaguar está calificado en la Lista Roja de la UICN como «especie casi amenazada» y su número está en declive.[1] Entre los factores que lo amenazan se incluyen la pérdida y la fragmentación de su hábitat. A pesar de que el comercio internacional de jaguares o sus partes está prohibido,[6] este felino muere regularmente a mano de los humanos, especialmente en conflictos con rancheros y granjeros. Aunque reducida, su distribución geográfica continúa siendo amplia. A lo largo de la historia, esta distribución le ha otorgado un lugar prominente en la mitología de numerosas culturas indígenas americanas, como los mayas y los aztecas.En sus zonas nativas recibe diferentes denominaciones en español como jaguar, yaguar, yaguareté,[a] otorongo, jaguarete, tigre o tigre americano. Los mexicas lo llamaban en náhuatl ocelotl, aunque también utilizaban este nombre para el ocelote (Leopardus pardalis), y podrían referirse a él como tlatlauhquiocélotl.[7] [8] [9] En maya se le llama balam,[10] en mapuche se le dice nahuel,[11] y en quechua uturuncu, uturunku o unqa. En gran parte de Hispanoamérica desde la llegada de los españoles es común llamar a este animal «tigre» aunque su parecido con los auténticos tigres (Panthera tigris) sea remoto; en Brasil y en zonas próximas a la frontera brasileña se le denomina onça-pintada (en portugués onça) y es un animal considerado símbolo de la fauna de este país.

Jaguar, yaguar y yaguareté provienen del guaraní yaguar, jaguar, y eté, verdadero, y probablemente llegó al español por conducto del portugués o del francés, lo cual explica la forma con j-.[12] El origen del nombre se ha supuesto como procedente de yaguá-eté, que significaría «parece perro»; en efecto, antes de 1492 los guaraníes utilizaban la palabra yaguá para referirse al yaguar, pero ante la presencia de los feroces perros de combate traídos por los europeos el término guaraní yaguá pasó a significar perro en tanto que fiera o animal feroz por antonomasia (actualmente se aplica este término en guaraní a cualquier perro)[13] quedando renombrados los especímenes de Panthera onca como yaguá-eté, de allí se ha supuesto que surgió la denominación yaguareté usada especialmente en Argentina y Paraguay, y de modo abreviado, yaguar o jaguar.
El primer componente de su designación taxonómica, Panthera, es un término latino derivado a su vez de la palabra griega πάνθηρ (leopardo, la especie tipo del género). Se ha dicho que esta palabra deriva de παν- «todo» y θήρ «bestia», aunque podría ser una etimología popular[14] o que tuviera su origen en pundarikam (literalmente «animal amarillento»), la palabra sánscrita para «tigre».[15]
Onca proviene del portugués onça, con la cedilla sustituida por razones tipográficas (aunque en español se usa más habitualmente para la onza o leopardo de las nieves (Uncia uncia)). Deriva del latín lyncis, lince,[16] que perdió la letra «L» al confundirse con el artículo definido (italiano lonza, francés antiguo l'once).[17]



El leopardo

El leopardo (Panthera pardus) es una especie de mamífero carnívoro de la familia de los félidos. Como los otros tres grandes felinos del género Panthera, el león, el tigre y el jaguar, están caracterizados por una modificación en el hueso hioides que les permite rugir. También se le llama pantera, cuando presenta un pelaje completamente oscuro (melánico).El leopardo es uno de los grandes felinos más adaptables. Excepto en desiertos, habita en todo tipo de hábitat siempre que tenga un lugar donde esconderse y existan suficientes presas para sobrevivir; se encuentra presente en todo tipo de bosque y selva, en las sabanas, en los sembrados y en lugares rocosos. En algunos hábitats, el leopardo desarrolla formas para evadir a otros depredadores mayores o más numerosos como es el caso del león y las hienas en África y el tigre en Asia. Realmente, el único factor que limita al leopardo son las personas.Habitualmente se suele confundir con el guepardo, con el cual comparte un aspecto muy similar (pelaje amarillo con motas oscuras), pero del cual difiere enormemente tanto en características físicas como en su carácter, siendo el guepardo llamativamente menos agresivo que el leopardo; además el leopardo no tiene la mancha de la cara que se parece a lágrimas. El leopardo llega a pesar hasta 70 kg, con una longitud de hasta 190 cm más la cola que llega a medir 95 cm, y una altura de 80 cm.Los leopardos cazan preferentemente por la noche y acostumbran a pasar el día durmiendo entre la vegetación, en cuevas de otros animales o, a menudo, sobre la rama de un árbol al que trepan con agilidad a pesar del tamaño que poseen. Por lo general suelen evitar en lo posible la presencia del ser humano debido al temor que les infunde.

Para el leopardo, el árbol es a la vez donde descansa, desde donde caza y donde almacena su comida. Desde lo alto del árbol, el leopardo puede tender una emboscada a sus presas y también dejar la comida fuera del alcance de los carroñeros.